El verano altera, irremediablemente, nuestro ritmo de vida. Los días son más largos, hace calor y nos apetece más hacer actividades y planes al aire libre. Alternamos días de playa y piscina y salimos más por la noche para refrescarnos o cenar en un restaurante con terraza. A esto hay que sumar las ansiadas vacaciones donde los excesos están a la orden del día. La vuelta al trabajo siempre resulta difícil, pero las rutinas y los horarios nos ayudan a llevar mejor este período de transición. Uno de los puntos más importantes para contar con la energía necesaria para volver al trabajo es la alimentación, esta es sin duda una de las claves para recuperar el ritmo del curso normal.
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sep 1
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